jueves, 24 de enero de 2013

Momificación en el Egipto Antiguo (Parte II)




Rituales de la momificación

       Ann Rosalie David explica que "El proceso de momificación tenía lugar en el taller del embalsamador, conocido con el nombre de wcbt ('lugar de purificación'). Algunos de estos talleres eran erigidos próximos a las tumbas, pero, debido a la naturaleza 'impura' de la momificación y a los peligros con los que estaba asociada, probablemente fueron ubicados fuera del recinto de la tumba. Otros talleres, en los que normalmente se preparaban muchos cadáveres, solían estar ubicados cerca de los cementerios o de los centros de culto. 

Aunque gran parte de los ritos que acompañaban el proceso de momificación eran ejecutados en el taller del embalsamador, una de las ceremonias más importantes, la de la Apertura de la Boca, se realizaba en la misma tumba. Estos rituales finales, concebidos para asegurar la vida eterna del difunto, constituían una parte esencial del funeral; con una azuela, el sacerdote tocaba la boca, las manos y los pies de la momia, y repetía estos actos sobre las representaciones del difunto que aparecían en los muros del interior de la tumba, así como en las reproducciones en miniatura y en las estatuas del mismo. Se creía que este ritual devolvía la vida a la momia, para que el espíritu del difunto entrara en ella y pudiera utilizarla; de modo análogo, todas las figuras inanimadas que se encontraban en el interior de la tumba serían capaces de actuar en nombre del finado. Los experimentos modernos han demostrado que los mejores resultados del proceso de momificación se obtienen tras dedicar un período máximo de cuarenta días a la extracción de las vísceras y a la deshidratación del cuerpo; sin embargo, Herodoto y otras fuentes hablan de un total de setenta días para la momificación, y, sin lugar a dudas, la mayor parte de este tiempo se dedicaba a los rituales religiosos y mágicos. No obstante, un texto aislado del antiguo Egipto habla de un período mucha más largo, en el que, a todas luces, quedaban incluidos los rituales y las ceremonias con los que estaba asociado ese proceso." 


Embalsamadores, cortadores, escribas y otros que participaban en la momificación

"Según Diodoro Sículo, entre los distintos individuos dedicados al proceso de momificación, destacaban principalmente tres tipos que se encargaban de preparar al cadáver del difunto para el funeral, a saber, el 'cortador' (griego paraschistos), que practicaba la incisión en el costado de la momia; el 'escriba', que supervisaba el trabajo realizado; y el 'embalsamador', que pertenecía a un gremio u asociación especial y era el responsable de dirigir las ceremonias de momificación y de envolver a la momia con vendas. En realidad, este último supervisaba todas las etapas del proceso de momificación. Cuando ejecutaba los rituales, llevaba puesta una máscara en forma de cabeza de chacal para encarnar a Anubis, dios del embalsamamiento. (...) Su cargo era hereditario, y también daban trabajo a otros artesanos, como, por ejemplo, los fabricantes de ataúdes, encargados de producir los sarcófagos, las estatuillas de madera y otros objetos del ajuar funerario. 




Por el contrario, los cortadores, debido a la 'impureza' del ritual (y los posibles riesgos para la salud) asociada con la realización de la incisión en el cadáver y la posterior extracción de las vísceras, tenían el estatus social más bajo; en este grupo tal vez tuviera cabida criminales convictos. Otros individuos relacionados con el proceso de momificación y el funeral eran los sacerdotes de Osiris encargados de oficiar los rituales, los sacerdotes lectores que recitaban los cánticos y las instrucciones del ritual, y los hombres encargados de lavar y limpiar a la momia y las vísceras, de preparar el natrón y las resinas y de envolver el cadáver con vendajes de lino. Todo este proceso asociado con la muerte y el enterramiento constituía una gran industria que daba trabajo a muchos obreros." (David, citada por Bedford, 2003). 



El proceso del entierro

Según Manfred Lurker, "Cuando el cadáver momificado atravesaba el Nilo, dos mujeres desempeñaban simbólicamente el papel de las diosas Isis y Neftis que lloraban a Osiris. Se atribuía una gran importancia al viaje del difunto a través del agua. El 'viaje por el lago' era algo conocido ya en el Imperio Antiguo, y en el Imperio Tardío se colocaban momias o modelos suyos sobre cocodrilos, a los que se obligaba a nadar, haciendo así probablemente alusión al rescate del Osiris muerto, por Horo [Horus] en forma de cocodrilo. El cruce del Nilo en barca era una reminiscencia de las barcas divinas; existen también alusiones a la idea de la barca del sol, por ejemplo en el Libro de los Muertos (...). Incluso durante el transporte por la tierra yacía el ataúd en un bote colocado sobre un trineo tirado por toros o vacas. Antes de que el ataúd en forma de momia fuera bajado a la tumba, se le ponía en pie y se realizaba la ceremonia de apertura de la boca. La creencia en una posible vida después de la muerte, parecida a la terrestre, dio lugar a la práctica de depositar en la tumba, junto al muerto, todo lo necesario para la vida. Se han encontrado jarras de vino y tazones para leche que carecían, sin embargo, de cavidad interior, lo que debía significar obviamente el deseo de que los recipientes se mantuviesen siempre llenos. Se depositaban también en las tumbas pequeños modelos de casas y barcos. Los relieves y las pinturas murales de las tumbas no se realizaban para informar a los vivos sobre la vida del difunto, sino más bien para perpetuar la vida que terminaba y para servir de poder mágico que prolongara para siempre el disfrute de sus posesiones terrestres por parte del difunto." (Lurker, 1991). 



Es importante señalar que dentro del sarcófago se colocaban los papiros del Libro para Salir al Día, mejor conocido como Libro de los Muertos que el Ba del difunto utlizaría en el Más Allá. "Compuesto en su versión tardía más completa, de 192 capítulos, (...) es una recopilación de fragmentos de los textos de los sarcófagos, a los que se añadieron nuevas reflexiones teológicas." (Franco, 2000). Es una colección de hechizos, sortilegios, fórmulas mágicas, encantamientos e invocaciones que le permitían al muerto (a su Ba más exactamente) vencer los múltiples obstáculos que se le aparecerían en el Más Allá, posibilitándole la obtención de la inmortalidad, si pasaba airoso el Juicio de Osiris. 

La rejilla y la tabla de las momias

E. A. Wallis Budge explica que "En muchos de los ataúdes de madera rectangulares, hallados en las montañas detrás de la ciudad moderna de Asyût, en el Alto Egipto, y en las que se extienden al norte y sur de la misma ciudad, las momias solían estar elevadas unos centímetros por encima del fondo del ataúd por medio de unas rejillas de madera pintadas en blanco o amarillo. Los nativos rompieron y tiraron la mayoría de estas rejillas porque las consideraban inútiles ya que nadie las compraba pero una de ellas pudo salvarse y ahora se conserva en el Museo Británico (N.º 46639). Yo desconozco la razón por la que se colocaba la rejilla en el ataúd. 



La llamada "tabla de las momias" es una tapa de madera plana que tenía la misma forma y tamaño que la momia que cubría, y parece haber sido introducida en la parafernalia funeraria por los sacerdotes y las sacerdotisas de Amen-Ra, en Tebas. Esta tapa está ligeramente curvada, para que pueda apoyarse firmemente sobre la momia, y hay un rostro humano grabado en el extremo que cubre la cara de la momia, que pretende ser un retrato del difunto. En algunas ocasiones, esta cara se tallaba en alto relieve sobre una pieza de madera aparte que, después, se clavaba a la tabla, y en otras, el rostro se tallaba en bajo relieve sobre la misma tabla. La tabla está cubierta con figuras de los dioses y escenas mitológicas pintadas con colores brillantes, que se hacen más vistosos con una capa de barniz. Con frecuencia, el revés de la tabla está pintado de un color morado o púrpura y allí encima se dibujaban en amarillo los contornos del barco del sol, de la momia yaciendo sobre su espalda mientras plantas con semillas brotan de ella, y otras escenas funerarias.(...) La tabla de las momias despareció de los ataúdes con el fin del poder de los reyes-sacerdotes, pero parece que tenemos supervivientes en los N.os 35464 y 36502 del Museo Británico." (Wallis Budge, 1995). 


Tomado de: Lambert, Teodoro G. (2004). Diccionario de los dioses y mitos del antiguo Egipto. Barcelona: Océano; Bedford, Donald B (ed.). (2003). Hablan los dioses. Diccionario de la religión egipcia. Barcelona: Crítica; Lurker, Mandred. (1991). Diccionario de dioses y símbolos del Egipto Antiguo. Manual del mundo místico y mágico de Egipto. Barcelona: Índigo; Franco, Isabelle. (2000). Pequeño diccionario de mitología egipcia. Barcelona: José J. de Olañeta, editor, y E. A. Wallis Budge. (1995). La Momia. Manual de arqueología funeraria egipcia. Barcelona: Editorial Humanitas. 

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