miércoles, 18 de junio de 2014

Poesía china antigua: El Libro de las Odas o Canciones (Shi Ching, Shi Jing o Shi King): Parte I: Libro I: Aires de los Principados




1. Pareja de pandiones

La pareja de pandiones es símbolo de fidelidad conyugal. La tercera dinastía Chou (1122-221 a.C.), procedía de esta región sur de Chou. La canción se dice ser un cariñoso elogio de sus doncellas a T'ai Szu, esposa de Wen Wang y madre de Wu Wang, primer Emperador de la dinastía. 


Kuan Kuan canta el pandión (águila blanca)
en el islote del río.
Una doncella recatada y virtuosa
va a ser la buena consorte del rey. 
Revueltos, nenúfares y lotos
son arrastrados de izquierda a derecha por la corriente.
A la doncella recatada y virtuosa
la buscamos despiertas, dormidas la buscamos.
Al no hallarla, despiertas en ella pensamos, dormidas la añoramos.
Tristes, tristísimas damos vueltas en nuestros lechos. 
A la izquierda y derecha, recogemos matas de nenúfares. 
A la doncella recatada y virtuosa, 
al son de cítaras y liras amigablemente acompañamos.
Revueltas matas de nenúfares recogemos.
A la doncella recatada y virtuosa
con campanas y tambores alegramos.

Águila pandión



2. La leguminosa ko se ha propagado

La canción celebra la laboriosidad de la misma dama de la canción anterior. La leguminosa ko, dólico o frijolillos de Indias, era la planta textil por excelencia.


El ko se ha propagado y extendido por el valle.
Sus amplias hojas cubren el terreno.
El pajarillo amarillo (la oropéndola) cruza el cielo en sus vuelos.
Se posó en el arbolado. Chiai canta.
El ko se ha propagado y extendido por el valle. 
Grandes y hermosas son sus hojas.
Cortaré y coceré sus largos tallos.
Con sus fibras tejeré telas, unas finas y otras gruesas.
Me vestiré de ellas sin nunca hastiarme.
Advertí a la dama, mi preceptora
mi intención de volverme a visitar mi casa paterna.
Mis vestidos de Corte están un poco sucios.
Tengo que lavarlos un poco.
Voy a ver cuáles necesitan lavarse, cuáles no.
Volveré a enterarme de la salud de mi padre y de mi madre.

Flor de la Dolichos Labblab o dólico, muy común en China, y a la que,
probablemente, aluda el poema. 



3. El Cerastio

Trata de la misma dama. Su esposo, el rey Wen Wang, fue retenido preso por Chou, último Emperador de la segunda dinastía, por temor al enorme prestigio que iba cobrando entre los señores feudales del Occidente. La reina deplora su soledad y sus inquietudes.


Recogiendo voy el cerastio.
Aún no he llenado la mitad inferior de mi cestita.
¡Ah! Pienso siempre en mi hombre.
Voy a dejar mi cestita en la carretera de Chou.
¿Subiré aquella cima de altos picachos coronada?
Mis debilitados caballos no podrán subirla.
¿Escanciaré vino de mi áurea ánfora
para no estar pensando en él perpetuamente?
¿Escalaré aquella alta loma?
El color negro de mis caballos amarillea por su flaqueza.
¿Sacaré vino con el cucharón de cuerno de rinoceronte
para no sufrir perpetuamente?
¿Subiré aquellas escarpadas rocas?
Mis caballos están extenuados y mi auriga enfermo.
Decidme, ¿qué puedo hacer?
Dos ideas la obsesionan en su dolor: subir a las alturas
a esperarle y ahogar sus penas con el vino. 

La flor del cerastio



4. Árbol de péndulas ramas

Las princesas parientes del séquito de la reina T'ai Szu, consorte del Wen Wang, cantan su felicidad al lado de tan amable dueña.


En los bosques del Sur se dan árboles de péndulas ramas.
Las legumináceas ko y las enredaderas lei se les adhieren.
Así es, también, de agradable la reina nuestra señora. 
Todas las bendiciones y bienes sobre ella descienden.
En los bosques del Sur se dan árboles de péndulas ramas.
Las legumináceas ko y la enredadera lei las cubren.
Así es, también, de agradable la reina nuestra señora.
Toda suerte de dichas y bienes la acompañan.
En los bosques del Sur se dan árboles de péndulas ramas.
Las legumináceas ko y la enredadera lei las envuelven.
Así es también de agradable la reina nuestra señora.
Toda suerte de bendiciones y bienes la hagan perfecta.

Dibujo de Evelyn Sichrovsky

5. Langostas

A la reina T'ai Szu se le augura una descendencia numerosa como la de la langosta.


Densa nube de aladas langostas.
Vuestra descendencia será innumerable.
Nube inmensa de aladas langostas. 
Vuestra descendencia será interminable.
Muchedumbre reunida de aladas langostas.
Vuestra descendencia vivirá siempre bien avenida.


6. Melocotonero lozano

La canción celebra la excelente preparación de las jóvenes casaderas.


El melocotonero luce su lozana juventud.
En sus flores reverbera la luz sus esplendores.
Estas doncellas van a celebrar sus bodas.
Perfectamente preparadas para esposas y para el hogar.
El melocotonero luce su lozana juventud.
Sus ramas están cuajadas de frutos.
Estas doncellas van a celebrar sus bodas.
Perfectamente preparadas para esposas y para el hogar.
El melocotonero luce su lozana juventud.
Verdea brillante su tupido follaje.
Estas doncellas van a celebrar sus bodas.
Perfectamente se adaptarán a sus nuevos parientes.

Melocotoneros


7. Redes para liebres

Elogio de la competencia de los funcionarios del rey Wen Wang (1150 a.C.).


Con grandísimo cuidado coloca el cazador sus redes para cazar liebres.
Ting, ting clava en el suelo las estacas.
Valerosos soldados, 
sois los escudos y las murallas de vuestro señor feudal.
Con grandísimo cuidado coloca el cazador sus redes para cazar liebres.
Las extiende en las encrucijadas de los senderos.
Valerosos soldados, 
sois los excelentes compañeros del señor feudal.
Con grandísimo cuidado coloca el cazador sus redes para cazar liebres.
Las extiende en medio de los bosques. 
Valerosos soldados, 
sois el corazón (cerebro) del señor feudal. 


8. Llantén

Canción de la recolección de la planta llantén. 


Recojamos, recojamos el llantén.
Hemos ya recogido un poco.
Recojamos, recojamos el llantén.
Ya tenemos recogido un poco.
Recojamos, recojamos el llantén.
Hemos ya reunido un poco. 
Recojamos, recojamos el llantén.
Hemos ya amontonado un poco.
Recojamos, recojamos el llantén.
Ya tenemos un poco en nuestros delantales.
Recojamos, recojamos el llantén.
Ya tenemos un poco en nuestros refajos.

El llantén



9. Anchuroso río Han

Castidad inseducible de las jóvenes.


En el Sur se dan árboles muy altos.
No se puede descansar a su sombra. 
Las doncellas caminan por la orilla del río Han.
Nadie las podrá lograr.
El río Han es demasiado ancho.
No se le puede atravesar a nado.
Muy largo y caudaloso es el río Chiang (Azul).
Las barquillas no pueden por él navegar.
Peligroso será hacer leña de aquellas altas y entrecruzadas ramas.
Tendré que contentarme con cortar algunos espinos.
Esta doncella va a celebrar sus bodas.
Yo daré pienso a sus caballos.
Demasiado anchuroso es el río Han.
No se le puede atravesar a nado.
Muy largo y caudaloso es el río Chiang (Azul).
Las barquillas no pueden por él navegar. 
Peligroso será hacer leña de aquellas altas y entrecruzadas ramas.
Tendré que contentarme con cortar heno.
Esta doncella va a celebrar sus bodas. 
Yo daré pienso a sus caballos.
Demasiado anchuroso es el río Han.
No se le puede atravesar a nado.
Muy largo y caudaloso es el río Chiang.
Las barquillas no pueden por él navegar. 


10. Ribazo del río Ju

Ansiedad de una dama por su marido al ver cuán revuelta anda la corte del último Emperador de la segunda dinastía, el tirano Chou (1154-1122 a.C.).


Al hilo del río Ju, voy cortando ramas.
Aún no he visto a mi señor. 
La solicitud me consume como el hambre. 
Al hilo del río Ju, voy cortando ramas y retoños. 
Ya he visto a mi señor.
No se había ido dejándome sola.
Rojas de bregar llevan sus colas los peces fang.
Como brasero arde la corte imperial.
Aunque arda como brasero, tengo a mis padres aquí cerca.


11. Pies del unicornio

El fabuloso animal unicornio es augurio de una nueva era feliz. Sus pies no pisan a ningún ser viviente. Su cuerpo a nadie hiere. La canción congratula a Wen Wang por sus hijos.


Pies de unicornio
son de los generosos príncipes hijos de nuestro señor.
¡Oh! sí, son unicornios.
Frente de unicornio
es la de los generosos príncipes hijos de nuestro señor.
¡Oh! sí, son unicornios.
Cuernos del unicornio
son la tribu generosa de nuestro señor.
¡Oh! sí, son unicornios.

Qilin o Ki-Lin, el unicornio chino





Tomado de: Elorduy, Carmelo. (1984). Romancero chino. Madrid: Editora Nacional. 


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