jueves, 24 de enero de 2013

Mitos chinos: Pan Gu y el Nacimiento del Mundo



Con respecto a este mito, la Historia de los Tres Soberanos y de los Cinco Emperadores, en la Enciclopedia de las Bellas Letras, I, dice:




       "Estaban cielo y tierra unidos y mezclados como si fueran un huevo --y allí dentro nació Pan Gu.
El cielo y la tierra tardaron dieciocho mil años en separarse: mientras que lo Yang, que era claro, fue haciéndose cielo, lo Yin, que era turbio, fue haciéndose tierra. Y en medio de todo iba metamorfoseándose Pan Gu sin parar, hasta que llegó a aventajar en sabiduría al cielo y en potencia a la tierra.
Durante dieciocho mil años fue el cielo subiendo una vara al día, la tierra bajando otra vara y Pan Gu creciendo otro tanto, y así hasta que llegó el cielo al máximo por lo alto, la tierra al máximo por lo bajo y Pan Gu al máximo de su tamaño.
Los Tres Soberanos nacerían después.
Los números comenzaron por el uno, se apoyaron en los tres, lograron llegar al cinco, se fortalecieron en el siete y se acabaron en el nueve; de ahí que la distancia entre el cielo y la tierra fuera de nueve mil leguas."

Por otra parte, la Crónica de los cinco ciclos del Tiempo, en las Conjeturas acerca de la Historia, I, relata:


"Estando Pan Gu --el primero en nacer-- a un punto de la muerte, se le metamorfoseó todo el cuerpo: el hálito se transformó en el viento y en las nubes; la voz en el estampido de los truenos; el ojo izquierdo en el sol y el ojo derecho en la luna; las cuatro extremidades y los cinco miembros en los cuatro puntos cardinales y en las Cinco Cumbres; la sangre en los ríos Azul y Amarillo; los tendones y las venas en las principales vías de comunicación en la tierra; los músculos y la carne en las terrazas de sembradío; el cabello y los demás pelos del cuerpo en los astros y los planetas; la piel y el vello en los prados y los bosques; los dientes y los huesos en los minerales y las piedras; el esperma y la médula en las perlas y los jades; la transpiración y el sudor en la lluvia y en los pantanos, y, en fin, los ácaros que en su cuerpo hubiera se transformaron, como despertados por el contacto con el viento, en los hombres y en los pueblos."

Asimismo, los Registros históricos de las maravillas del pasado, I, narran como sigue:


"En los tiempos de la antigüedad, Pan Gu murió y de su cabeza salieron las Cuatro Cumbres, el sol y la luna de sus ojos, los ríos y los grandes lagos de su materia grasa, y las hierbas y los árboles de su vello y de los pelos de la barba.
La Cumbre del Oriente --según creencias que datan de las dinastías Qin y Han-- salió de la cabeza del patriarca Pan Gu; la Cumbre del Centro, del estómago; la Cubre del Sur, del brazo izquierdo, la Cumbre del Norte, del brazo derecho, y la Cumbre del Occidente, de los pies.
Dicen los estudiosos antiguos que las lágrimas de Pan Gu dieron origen al río Amarillo y al río Azul, su hálito al viento, su voz al trueno, y las pupilas de sus ojos a los relámpagos.
En la antigüedad se atribuía el buen tiempo a que Pan Gu estaba contento, y el malo a que estaba enfadado.
En los sureños reinos de Wu y de Chu se creía que la primera unión de lo femenino con lo masculino fue la del patriarca Pan Gu con su mujer.
La tumba de Pan Gu se halla en el Mar del Sur actual, tiene más de trescientas leguas desde el lado derecho al izquierdo y se cuenta que es el lugar donde sus descendientes van a hacer la búsqueda del hun de Pan Gu, cuyos habitantes actuales se apellidan todos Pan Gu.
En opinión de quien esto escribe, Fang, del patriarca Pan Gu nació todo lo que hay tanto en el cielo como en la tierra. Así que fue él quien dio origen a los seres."


Tomado de: Gabriel García-Noblejas Sánchez-Cendal (ed.). (2004). Mitología clásica china. Madrid: Trotta y Edicions de la Universitat de Barcelona. 

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