El Libro de los montes y los mares relata que "Xingtian atacó al Emperador Amarillo y acabó decapitado por éste. El Emperador llevó entonces la cabeza cortada al monte Changyang, donde la enterró. Pero el decapitado Xingtian, sirviéndose de sus pezones a modo de ojos y de su ombligo a modo de boca, retomó su hacha y su escudo y se puso a blandirlos más."
Es importante señalar que R. Mathieu es de la opinión de que "este gesto de retomar las armas y blandirlas más no debe interpretarse como signo de que el Incompleto desea seguir luchando, sino como señal de victoria y alegría, pues —sostiene dicho autor— 'la danza que se hace con un escudo y un hacha es una danza de la victoria sobre las fuerzas del mal'."
Versión moderna de Xingtian |
Tomado de: Gabriel García-Noblejas Sánchez-Cendal. (ed.) (2004). Mitología china clásica. Madrid: Trotta y Edicions de la Universitat de Barcelona.
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