El Poema de Gilgamesh es el verdadero inicio de la épica mundial, en la que se relatan las diversas hazañas de Gilgamesh, rey de Uruk (la actual ciudad de Warka), personaje histórico transformado en el texto en semidiós, hijo de la diosa Rimat-Ninsun y del héroe Lugalbanda.
En él, dos tercios eran divinos, y sólo un tercio era humano. Era de rostro imponente, cuerpo giganteo: una estatura de 5,5 m, un pecho de 2,25 m, cada pie le medía 1,5 m y su miembro era de 3 palmos, esto es, 63 cm. Esto corresponde a la simbología del héroe gigante, en la que las dimensiones extraordinarias convierten al personaje en una presencia poderosa, soberbia, llena de fuerza y potencia. Asimismo, Gilgamesh era barbudo, con cabello espeso en mechones y un rostro imponente. En su reino era un tirano: ejercía el derecho de pernada sobre las muchachas de la ciudad, y explotaba o sometía a los jóvenes guerreros. Sin embargo, las súplicas del pueblo llegaron a los oídos de los dioses. Así que la Asamblea de los Dioses le solicita a Aruru, Diosa Madre, que creara un igual, un equivalente, un opositor a Gilgamesh. Y así fue. Su nombre fue Enkidu, criatura igual en fuerza al Rey de Uruk, pero opuesto en sus cualidades. Era su oponente, el adversario que pondría nuevamente en equilibrio las fuerzas cósmicas y sociales.
El descubrimiento de Enkidu por un cazador y su reclutamiento por la hieródula (prostituta sagrada) Shámkat, quien civiliza al nuevo ser salvaje a través del sexo, el vestido, el pan y la cerveza, es el inicio de una de las aventuras más significativas y emocionantes de la historia de la literatura.
Para aquellos que quieran seguir indagando sobre esta epopeya mesopotámica, muy anterior a la Ilíada, de Homero, podrían leer el artículo La epopeya de Gilgamesh: viaje a la inmortalidad, de María Jesús Orellana Díaz; Gilgamesh, el rey eterno, ponencia de Lina Caffarello; el reportaje sobre la Epopeya de Gilgamesh, realizado por el site de la National Geographic, y el blog Gilgamesh en busca de la inmortalidad, para tener una visión general. Para algo más específico y profundo, recomiendo el artículo La estética del tránsito. Visión literaria del 'infierno' en la Odisea y el poema de Gilgamesh, de Alberto Fernández Hoya, de la Universidad Complutense de Madrid; el ensayo Gilgamesh y la escritura, por José Ángel García Landa (forma parte del número 9 de la revista digital Narrativas); la excelente monografía 'Nada sabe de comer el pan': el trasforndo no urbano en el Poema de Gilgamesh, de Federico Lara Peinado, de la Universidad Complutense de Madrid, y el artículo El relato diluviano: paralelismo entre el Antiguo Testamento y la épica de Gilgamesh, de Kattia Chinchilla Sánchez, en la revista Filología y Lingüística. Y para una primera revisión del contexto de esta obra clásica, podrían consultarse varias fuentes, como: El arte de los pueblos de la Mesopotamia, de María Cecilia Tomasini; Homosexualidad y sacerdocio en Mesopotamia, de Juan Antonio Cantos Bautista, y el site Dioses mesopotámicos / Mitología mesopotámica (en Taringa!).
Recomiendo la edición Poema de Gilgamesh, de Federico Lara Peinado, Editorial Tecnos, para una lectura profesional del texto. No obstante, para placer o para fines didácticos, recomiendo la edición Gilgamesh, de Stephen Mitchell (editorial Alianza), quien logra una versión fluida, dinámica, integrada y rápida de leer.
Autoría: Alejandro Useche
2 comentarios:
Bueno Alejandro, espero por más...
Eduardo, te invito a echar un vistazo a las nuevas entradas sobre mitologías egipcia y china. ¡Un abrazo!
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