"Dentro de un gran morichal había una ranchería numerosa. Uno de los hombres, que era constructor de curiaras, le dijo a su mujer: Yo me voy, espérame unos veinte días. 'Jocoji guarao isaca ecu, ma guakau'.
El hombre cogió su hacha y su machete y se fue al monte, donde tumbó un árbol llamado 'dijaru', parecido al cachicamo. Hizo la curiara y al terminarla, regresó a casa.
Cuando llegó, su mujer que estaba disgustada por la tardanza, le dijo: ¿Dónde estuviste tanto tiempo? Estuve haciendo un bongo (Guajimoana), respondió el marido. La mujer continuó increpando al hombre, porque la había tenido tantos días muerta de hambre; pues durante ese tiempo los otros indios no le habían querido dar nada de comida.
Después que estuvieron tranquilos, le dijo el indio a la mujer: Seisa miquí; nauquí, ma guajimoana yata. Ea; vámonos a ver mi bongo. Se fueron los dos. En el mismo camino encontraron un morrocoy. El hombre dijo a su mujer: 'Guasi nisanu; nisaitane aisiko naru.' Coge ese morrocoy y llévalo contigo.
Cuando la mujer cogió el morrocoy se apoderó de ella un gran temor y empezó a dar gritos. El hombre había andado tan aprisa que ya la había perdido de vista; pero al oírla gritar le dijo: No llores, no tengas miedo. Ella, sin embargo, seguía gritando. Cuando el hombre llegó al bongo tropezó y cayó. 'Naruyakore dau jataja teraja sakane nakae'.
La mujer venía llegando y preguntaba: ¿Dónde está el bongo? Pero como el hombre se había caído, ni ella lo veía ni él contestaba. Entonces la mujer se acercó más y vio que su marido se estaba convirtiendo en tronco. Entonces ella se acercó corriendo a su marido y le dijo: ¿Por qué te conviertes en bongo y no me quieres hablar? 'Iji catukane namonía dau akabajutane? El contestó: 'Dau akabajutane namonía dau makojatubuae kuare'. Me convierto en tronco, porque así me lo ha mandado el Jebu. Al decir esto ya quedó el hombre convertido en bongo definitivamente.
La mujer al verse sola, dijo: Pues yo me convertiré en tigre.
Apenas dijo esto se marchó corriendo y llegó a una laguna y se zambulló en el agua. Al zumbarse, dijo: Ya no tengo compañero y por eso me convertiré en tigre. Cuando salió del pozo ya era un tigre perfecto.
Tomó el camino de la casa de donde había salido; pero antes de llegar le salió al encuentro un perro bravo ladrando. Ella agarró ese perro y lo llevó a donde estaba su marido convertido en tronco. El perro no quiso comer nada de lo que allí había, sino que se tiró al río y se ahogó.
La india desde entonces anda por el monte sola, pero convertida en tigre."
Tomado de: Fray Cesáreo de Armellada y Carmela Bentivenga de Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana.
Cuando la mujer cogió el morrocoy se apoderó de ella un gran temor y empezó a dar gritos. El hombre había andado tan aprisa que ya la había perdido de vista; pero al oírla gritar le dijo: No llores, no tengas miedo. Ella, sin embargo, seguía gritando. Cuando el hombre llegó al bongo tropezó y cayó. 'Naruyakore dau jataja teraja sakane nakae'.
La mujer venía llegando y preguntaba: ¿Dónde está el bongo? Pero como el hombre se había caído, ni ella lo veía ni él contestaba. Entonces la mujer se acercó más y vio que su marido se estaba convirtiendo en tronco. Entonces ella se acercó corriendo a su marido y le dijo: ¿Por qué te conviertes en bongo y no me quieres hablar? 'Iji catukane namonía dau akabajutane? El contestó: 'Dau akabajutane namonía dau makojatubuae kuare'. Me convierto en tronco, porque así me lo ha mandado el Jebu. Al decir esto ya quedó el hombre convertido en bongo definitivamente.
La mujer al verse sola, dijo: Pues yo me convertiré en tigre.
El jaguar o yaguar es el tigre americano |
Apenas dijo esto se marchó corriendo y llegó a una laguna y se zambulló en el agua. Al zumbarse, dijo: Ya no tengo compañero y por eso me convertiré en tigre. Cuando salió del pozo ya era un tigre perfecto.
Tomó el camino de la casa de donde había salido; pero antes de llegar le salió al encuentro un perro bravo ladrando. Ella agarró ese perro y lo llevó a donde estaba su marido convertido en tronco. El perro no quiso comer nada de lo que allí había, sino que se tiró al río y se ahogó.
La india desde entonces anda por el monte sola, pero convertida en tigre."
Tomado de: Fray Cesáreo de Armellada y Carmela Bentivenga de Napolitano (eds.). (1991). Literaturas indígenas venezolanas. Visión panorámica actual de las literaturas indígenas venezolanas. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario