"Ya en el segundo período, Treta Yuga, Vishnú apareció bajo la figura de un enano y tomó el nombre de Vâmanâvatâra (vâmana = enano), recuperando un episodio antiquísimo, de la época védica, en el que manifestaba su poder recorriendo el mundo con tres pasos.
En esta ocasión le correspondió luchar contra el asura Mahâbali, nieto de Prahlâda que, sacando el orgullo y la prepotencia de su bisabuelo Hirayakashipu, celebraba sacrificios a orillas del río Narmada y mediante una austeridad ascética había conseguido innumerables poderes con los que se dedicaba a perjudicar a los dioses buenos y con el que llegó a destronar al propio Indra.
De esta manera su dominio abarcó los tres mundos y Vishnú tomando el aspecto de un enano se presentó ante él y le suplicó:
- Suspende ya la lucha, ¡oh, Mahâbali! Mucho es lo que has ganado y no les queda nada a los dioses, así pues concédeles el terreno que yo pueda abarcar con tres pasos.
Mahâbali observó las diminutas piernas de su interlocutor y aceptó divertido sus peticiones. Entonces Vishnú recobró su forma divina y con un paso recorrió la Tierra y con otro el Aire. En aquel momento el genio reconoció la divinidad de Vishnú; no obstante, éste no dio por finalizada su conquista hasta que un tercer paso recorrió el Cielo.
Vishnú, generoso en su magnífica divinidad, lejos de dejar a Mahâbali sin nada, le envió a gobernar un paraíso en los Pâtâlas, el mundo subterráneo, donde el genio construyó su morada.
Este relato es muy antiguo, precediendo a otros himnos de los Vedas. Luego lo encontramos detallado en el Bhagavata Purâna y menciones aisladas en el Skanda Purâna y el Vishnu Purâna. Con esta historia el Vishnú del hinduismo conecta con el personaje védico que le dio origen. Aquel primitivo Vishnú estaba íntimamente asociado al culto solar, el culto del fuego y su simbolismo conduce a que esos tres pasos representen las tres formas ígneas del dios: la llama de la Tierra, el relámpago en el Aire y el sol en el Cielo. El Rig Veda dice:
'3. Por tres veces este dios recorrió esta tierra de cien resplandores en virtud de su grandeza. / Que Vishnú presida, más fuerte que el fuerte, pues el nombre de este dios potente es temible. 4. Este Vishnú, ha recorrido esta tierra ayudando al hombre para su posesión. / Sus cantores son gentes de sentimientos inalterables; el dios que bien engendra les ha hecho una ancha residencia.' [RV VII, 100, 3-4]'
Tomado de: Susana Ávila. (1999). Mitología de la India. Mítica y mística. Madrid: Miraguano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¡Anímate a dejar tus comentarios, impresiones, opiniones y solicitudes aquí!