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jueves, 31 de enero de 2013

Mitos chinos: Fuxi, el Creador de los Trigramas y de los Principales Instrumentos



       "En el Lago de los Truenos --al oeste del reino de Wu-- habita la Deidad del Trueno, que tiene el cuerpo de dragón y la cabeza de persona. Ella produce, al darse en la tripa, el estampido de los truenos. El lago de los Truenos había surgido en una huella gigantesca. Alguien del clan de los Huaxu la pisó y parió a Fuxi, quien tenía el cuerpo de serpiente y la cabeza de persona, y era sabio y virtuoso." (Libro de los montes y los mares; Recopilación imperial de los años 'de la Paz Universal', 78, y Addendas a 'Historia'). 

       "Existe un tipo de árbol, que recibe el sobrenombre de Árbol Erigido, cuya forma es semejante a la de los bueyes y cuya corteza se desgaja con sólo tirar de ella. Dicha corteza, desgajada, se parece a las serpientes amarillas o a las cintas de los sombreros. Da unas hojas como redecillas, frutos que son similares a los del jabonero y un tallo parecido al del olmo espinoso. 

       El Árbol Erigido está en Duguang; es el árbol del que se sirven todos los Emperadores para subir y bajar del Cielo. No da sombra ninguna a pleno día, los gritos dados estando debajo de él son inaudibles y se halla en el centro mismo del cielo y de la tierra." (Libro de los montes y los mares, y Libro del maestro Huainan).



       Con respecto a este árbol, en otra parte del mismo Libro de los montes y los mares, se dice que "En las zonas interiores, entre los ríos Negro y Verde, se levantan nueve colinas (a saber, Taotang, Shude, Mengying, Kunwu, Heibai, Chiwang, Canwei, Wufu y Shenmin) que están circunvaladas por un cauce de agua. Por aquellas zona hay un árbol llamado Árbol Erigido, que da una hoja verde, un tallo púrpura, una flor negra y un fruto amarillo que de alto alcanza miles de varas que carece de ramas en el tallo pero las tiene muchas y muy retorcidas en la copa, y también muchas y muy retorcidas raíces. Da también unos frutos semejantes a los del cáñamo y unos hojas parecidas a las del erianto. Es el árbol del que se servía Taihao (Fuxi) para llegar hasta el Cielo. Lo había erigido el Emperador Amarillo."

       Se ha dicho que "El Oriente se adscribe al elemento Madera y su emperador es Taihao (Emperador Azul), cuyo ayudante se llama Jumang. Lleva aquél un compás en la mano y gobierna la Primavera." Recordemos que cada punto cardinal se emparejaba con un elemento: el Norte con el Agua; el Sur con el Fuego; el Este con el Metal; el Oeste con la Madera y el Centro con la Tierra. 

Templo de Fuxi, de Tianshui, en la Provincia de Ganshu, China


       En el célebre Libro del maestro Huainan, por otro lado, se afirma que "En el polo más oriental se halla el monte Jieshi, desde el cual, mirando hacia el Estado de Chaoxiang, se da, cuando uno alcanza el polo más oriental por el que sale el sol, con el País de los Gigantes. Es en los territorios de este país donde está el árbol Fusang, en cierta zona despoblada pero con verdeante vegetación. Toda esta zona, de doce mil leguas, se halla bajo el gobierno de Taihao (el Emperador Azul) y de Jumang."

       Ahora bien, en una Nota de Gao You a Las exégesis de Lü a 'Primavera y Otoño', se relata con respecto al Emperador Azul: "Taihao, patriarca Fuxi, seguía en su gobierno las virtudes del elemento Madera. Después de muerto, se le hacían ofrendas por lugares siempre al Oriente. Fue, en efecto, un Emperador adscrito al elemento Madera. 


Árbol Erigido o Fusang

       Jumang, por su parte, descendiente lejano de Shaohao (el Emperador Blanco), fue un Señor que también seguía las virtudes del elemento Madera. Tras su muerte, se convirtió en una deidad que controlaba el elemento Madera", que habitaba el Oriente, que "tenía el cuerpo de ave", la cara de persona e iba montado en dos dragones", como completa el Libro de los montes y los mares

      El Libro de los Cambios o I Ching, en sus 'Apéndices', II, profundiza en la figura del Emperador Azul cuando nos asevera que "El patriarca Fuxi (Emperador Azul) señoreó en la alta antigüedad. Miraba en el Cielo y en sus señales buscando algún patrón, observaba con veneración la tierra para extraer las leyes, y fijaba su atención en los dibujos y en las formas que se ven tanto en el pelaje de las bestias y de las aves como en la próvida tierra, y así logró entresacar los patrones menores de lo que había en su entorno cercano y en los patrones mayores de los objetos lejanos, y, basándose en todo ello, inventó los ocho trigramas, por medio de los cuales fue posible comprender el poder de las preclaras deidades y deducir por analogía la realidad de cada cosa del universo."


      Asimismo, se ha dicho que fue Taihao quien enseñó cómo "entretejer las redes a imitación de las arañas", y que a él se debe la "fabricación del Se y la composición de La canción del jinete." El Se es una especie de cítara de doce cuerdas, con un cuerpo de madera horizontal y convexo de entre medio metro y dos metros de longitud aproximadamente que se sostiene sobre cuatro patas y sobre el que se ponen las cuerdas (antiguamente doce, veinte hoy día). Cada cuerda tiene una clavija movible. Sin emabargo, otras fuentes dicen que fue Jumang quien hizo la red (cf. El maestro que abrazó la simplicidad, Nota de Wang Yi a Los poemas del reino de Chu y Las familias hereditariasi, 'Zuo').


Mausoleo Taihao, China




Tomado de: Gabriel García-Noblejas Sánchez-Cendal (ed.). (2004). Mitología clásica china. Madrid: Trotta y Edicions de la Universitat de Barcelona.  

domingo, 27 de enero de 2013

Mitos hindúes: 10.º Avatar de Vishnú: KALKI, el caballo



"Al final del cuarto período, el Kali Yuga, tendrá lugar la última encarnación de Vishnú. Será el momento en que la verdad y el amor hayan desaparecido de la Tierra y sólo la disolución sea el camino hacia un mundo renovado dando lugar a un nuevo ciclo.

Una tradición describe la llegada de un gigante con cabeza de caballo blanco, llamado Kalki, revestido con los atributos de Vishnú, quien blandiendo su espada golpeará a la Tierra partiéndola en dos. Otra versión, muy similar en el resultado final pero que discrepa en los detalles, describe a Hari, el Señor, el propio Vishnú en la plenitud de su gloria, montando al caballo Kalki al que hará golpear con sus patas a la Tierra abriéndola, mientras que la serpiente Shesha colaborará vomitando fuego.



       Esta segunda adaptación del mito parece estar más en concordancia con la evolución de Vishnú a lo largo de sus avatares: comienza siendo un pez, el inferior de los vertebrados, luego un reptil, para pasar a un mamífero herbívoro y, cerrando el primer período, un león, el rey de la selva. Después es un enano, ya hombre pero todavía no muy desarrollado, el sacerdote-guerrero y el rey, su condición más humana. Continúa con el héroe y el místico que ha alcanzado el grado de iluminado. Parece lógico que en esta última despliegue su máximo poder, presentándose como Hari o Harâvatâra, si bien el caballo, Kalki, participe de su esencia divina."




Tomado de: Susana Ávila. (1999). Mitología de la India. Mítica y mística. Madrid: Miraguano. 

Mitos hindúes: 9.º Avatar de Vishnú: BUDDHA: el hijo de la Luna



       "Durante el tercer período, Dvapara Yuga en la cronología védica y corriendo el siglo V a.C., según nuestra medida del tiempo, apareció el peligroso personaje de Buddha. ¿Cómo combatir la fuerza intrínseca de sus enseñanzas? Pues asimilando éstas dentro del propio hinduismo. Así que, utilizando sus habilidades para absorber todas las creencias, en lo que los hindúes son unos maestros, Vishnú tomó la personalidad de Buddha. 

Sin embargo, en varios puntos y no siempre los de menor importancia, el Buddha del hinduismo difiere del budista. Aquí aparece como un personaje más mítico y heroico, hijo de Chandra y de Târâ, esposa de Brihaspati, quien más tarde sería su preceptor. La leyenda presenta a Chandra, la Luna, seduciendo a Târâ quien dio a luz un hijo de una hermosura sin igual, lo que motivó que tanto el marido como el amante se disputaran su paternidad. Como la discusión se acaloraba por momentos, Brahma tomó cartas en el asunto y preguntó al recién nacido la identidad de su padre a lo que el niño respondió, dando muestra de una inteligencia digna de ser alabada por los dioses, que su padre era Chandra.


En otra parte de la leyenda se cuenta que paseando un día por un bosque vio a la joven Ilâ, nacida de la ofrenda hecha a Vishnú por Vaivasvata tras el Diluvio Universal. La hermosura de esta mujer conmovió de tal manera a Buddha (emoción que nunca habría sentido Siddhartha Gautama) y la hizo madre del príncipe Purûravâ.

Es evidente que la personalidad de Buddha fue añadida con posterioridad al ciclo vishnuita y su reflejo aparece bastante desdibujado en los Purânas."








Tomado de: Susana Ávila. (1999). Mitología de la India. Mítica y mística. Madrid: Miraguano.      
         

Mitos hindúes: 8.º Avatar de Vishnú: KRISHNA, el pastor



       "En los albores del tercer período, Dvapara Yuga, se produjo la más noble y pura encarnación de Vishnu. Tomó la personalidad de Krishna, constituyendo un personaje atrayente, lleno de astucia y habilidad, diestro en el manejo de las armas, sagaz y valeroso, que compartía igualmente la vida con los hombres y con los dioses, alternando con unos y con otros, engañando y aliándose con ambos si así le convenía, pero manteniendo siempre una inquebrantable adhesión a los amigos. 

Krishna en Goluka rodeado de sus vacas
       En la ciudad de Manthurâ vivía el cruel y despótico rey Kamsa. Un día un astrólogo real le predijo que un hijo de su hermana Devakî, casada a la sazón con Vasudeva, le destruiría y se apoderaría de su reino. Para evitar esto, Kamsa dispuso unas habitaciones de su palacio, especialmente custodiadas, en las que albergó a su hermana y a su cuñado. Allí Devakî dio a luz a seis hijos que fueron asesinados conforme nacían. El séptimo fue salvado por los dioses que le hicieron aparecer como de otra mujer y al que pusieron por nombre Balarâma. 

      Posteriormente dio a luz a un octavo hijo que, a causa del tono oscuro de su piel, tomó el nombre de Krishna, el Negro. En el momento de su nacimiento apareció con cuatro brazos en los que portaba todos los atributos de Vishnú y los dioses acudieron a adorarle, pero luego borró la memoria de esta visión de las mentes de sus padres, apareciendo como mortal. También en esta ocasión los dioses protegieron al hijo de Devakî: durmieron profundamente a los guardianes y descorrieron los cerrojos permitiendo que Vasudeva huyese con el niño, atravesando el río Yamunâ y llegase a la cabaña del pastor Nanda, cuya esposa, Yashodâ  había dado a luz aquella misma noche a una niña. Se verificó el cambio y a la mañana siguiente, descubierto el engaño, Kamsa mandó matar a todos los niños varones. Enterados de ello, Nanda y Yashodâ huyeron, junto con Krishna, a Gokula, territorio eminentemente ganadero habitado por pastores, donde creció el divino personaje. 

Desde muy pequeño, Krishna, demostró un poder extraordinario. En una ocasión, en que se comió toda la manteca que habían amasado los pastores, fue atado a un poste para castigar su travesura, pero él, haciendo uso de su fuerza, lo levantó hacia arriba y lo colocó sobre las copas de dos árboles. 

Krishna y Radha
Allí creció con los pastores y entre sus compañeros de juego estaban los Gopîs, bellas vaqueras, a las que conoció mientras se bañaban y a las que, en sus travesuras, quitó las ropas. Ellas le rogaron que se las devolviera, cosa a la que accedió no sin antes conseguir la promesa de que bailaría con ellas. Llegado el momento danzaron en círculo dando lugar a lo que se llamó Rasa Lîlâ, después las abandonó haciendo que le buscasen, desesperadas. Más tarde, acabada la broma, regresó y volvió a bailar de nuevo con ellas para lo que tuvo que multiplicar su cuerpo. Sólo la bella Râdhâ tuvo para sí al verdadero Krishna. Râdhâ es la personificación del amor humano hacia lo divino. Los textos filosóficos hindúes se refieren a ella como el principio de actividad cósmica del dios.

También se cuenta que la serpiente Kâliya que tenía cinco cabezas, mermaba diariamente los rebaños de Gokula y los pastores, no pudiendo acercarse a ella, porque vomitaba por sus bocas fuego y cenizas, pidieron al magnánimo Krishna que les librara de su enemigo. Este colocó su pie sobre la cabeza principal de la serpiente y la obligó a pedir clemencia pero no llegó a matarla atendiendo a los ruegos de las cien esposas de la serpiente. 

Krishna atacando a Kaliya
Una vez mayor de edad, tuvo que dejar a Râdhâ y los bellos recuerdos de su niñez y marchó hacia Marthurâ para emprender una campaña contra su tío, quien tenía prisioneros a sus padres. Como la fuerza del joven estaba demostrada, Kamsa recurrió a la astucia y preparó en Mathurâ unos juegos públicos a los que invitó a participar a todos los jóvenes, especialmente a Krishna, que salió vencedor de cuantos torneos participó, finalmente retó públicamente al propio rey y le mató, cumpliendo así la profecía. 

Después Krishna se casó con Rukminî, hija del rey Bhîshmaka de los vidarbhas, a la que tuvo que raptar, pues la familia de la novia deseaba establecer alianzas con el asura (demonio) Shishupâla. Aunque la literatura emparejó a Krishna con otras mujeres, Rukminî, encarnación de la diosa Lakshmî, está considerada como su principal esposa y madre de sus hijos. 

La intervención más importante de Krishna es en la Gran Guerra entre los Pândavas y Kauravas, en la que fue el intermediario incansable e incorrupto entre los dos bandos a fin de evitar el desastre final, pero una vez que ya nada pudo contra el destino, sirvió como cochero a su amigo Arjuna. 
Krishna matando a Kamsa

       Después de esta guerra, una vez que el mayor de los Pândavas estableció la paz durante muchos años, Krishna marchó a las costas de Gujarat acompañado del pueblo de los Vrishnis y construyó la ciudad de Dvârakâ. Krishna murió de un flechazo en el talón, único punto vulnerable de su cuerpo, disparado por un cazador borracho. A su muerte, su esposa Rukminî se quemó viva en la pira funeraria de su esposo. Y la ciudad, sobre la que pesaban varias maldiciones, fue anegada por el mar. 

       La figura de Krishna desborda al Vishnu védico, aunque conserva su rasgo esencial. Pero, por encima de todo, es el héroe de todos, identificándose con personajes legendarios de todas las mitologías. Su nacimiento espiado por el rey, burlado en un primer momento y que obliga a una posterior huida recuerda a la degollación de los inocentes y la siguiente huida de Egipto de los cristianos. Su infancia entre las Gopîs, haciendo alguna que otra trastada, se identifica con las leyendas del dios Pan entre los griegos. La historia de su lucha con la serpiente Kâliya está en paralelo con la de la hidra de Lerna vencida por Hércules. La guerra entre Krishna y Kamsa presenta notables analogías con la que mantuvo el héroe Feridum contra su tío Zohak enla mitología persa y del Asia Menor. Su actividad como auriga no desmerece la del noble y sapientísimo Néstor. Incluso su final coincide con el del valiente Aquiles. 

Krishna y Rukmini 
       Asociado a Krishna aparece la figura de Jagannâtha, que algunos autores suponen encarnación de Vishnú aunque la tradición puránica no le considera así. La leyenda cuenta que el rey Indradhiumna, deseoso de fundar una ciudad, envió a un brahmán para elegir el sitio adecuado. Éste localizó, tras una larga búsqueda, un emplazamiento a orillas del mar, en el golfo de Bengala y allí se levantó una hermosa ciudad. Una noche Indradhiumna tuvo un sueño en el que se le mencionaba la aparición en el agua de un madero de 52 pulgadas de largo por 18 de ancho, símbolo de la verdadera divinidad. El rey debía mantenerlo oculto en su casa durante siete días y al cabo de los cuales llevarlo al templo y adorarlo. Cuando la figura fue expuesta todo el mundo reconoció a Vishnú, a pesar de lo deforme y tosco de la talle, y le aclamaron como Jagannâtha (Señor del Mundo). El hecho de que esta figura esté flanqueda por las de Balarâma y Subhadrâ, hermanos de Krishna, ha inclinado a la tradició a asociarlo con este avatar. 

Krishna niño en el bosque
       Otras versiones indican que el rey Indradhiumna de Utkala (Orissa) recibió de Krishna la misión de erigirle un templo; otras que el trozo de madera devuelto por el mar no era sino la urna que encerraba reliquias de Krishna, sepultadas bajo las aguas cuando Dvârakâ fue tragada por el océano, aun cuando esta teoría está en desacuerdo con la tradición hindú que prohibe este trato a los muertos. Posiblemente se trate de una divinidad local prestigiada por su identificacion con el divino personaje. 

       Râma, junto con Krishna, son los héroes míticos más populares de la India, incluso a veces toman una significación propia, independiente de Vishnú."








Tomado de: Susana Ávila. (1999). Mitología de la India. Mítica y mística. Madrid: Miraguano.      

Mitos hindúes: 7.º Avatar de Vishnú: RÂMA, el gran héroe mítico


  
    
      "Todavía en el Treta Yuga, Vishnú tomó la personalidad de Râma, el gran héroe mítico, para combatir al gigante Râvana, un demonio de la raza de los râkshasas que, gracias a un don, era invulnerable a todos los seres salvo al hombre y que, merced a ello, oprimía descaradamente al mundo.

       La historia de Râma, narrada en el Râmayana tiene un origen muy antiguo. Se remonta, en sus primeras versiones, a leyendas tribales del sur de la India, anteriores al advenimiento de los arios, pero luego, rescatada, restaurada y engrandecida conforme se merecía su divino protagonista, fue inmortalizada en la epopeya. 

Rama contra Ravana
       La tradición hace mucho hincapié en la naturaleza humana de Râma, si no fuera por lo cual no podría haber matado a Râvana y de hecho en la saga vishnuita de avatares hasta ese momento había una cierta característica de inferioridad, dentro de la divinidad inherente al personaje, primero asumiendo la forma de animales (pez, tortuga, jabalí, león), después la de un enano y más tarde la de un hombre (Parashurâma) de alguna forma inferior, que comete errores y derrama sangre. Posteriormente, a partir del siguiente avatar, Krishna, su composición es mucho más divina." (Ávila, 1999).

       "El Ramayana, uno de los grandes poemas épicos en sánscrito, contribuyó a desarrollar una religión más popular y piadosa. Producto del mundo menos exclusivista de la ética kshatriya, no está dominado por los elementos rituales y de sacrificio controlados por los brahmines del hinduismo. Sigue siendo una fuente popular de enseñanzas religiosas, a través de lecturas y representaciones públicas.

       La parte principal del poema épico fue compuesta por primera vez en el siglo IV a.C., como un cuento no religioso recitado por bardos que llegaban a las cortes reales. Sin embargo, a medida que pasaban los siglos, los elementos religiosos de la historia se fueron expandiendo, y Rama, el héroe, pasó a ser un rey guerrero a ser una deidad guerrera. Hacia el siglo IV d.C., Rama fue identificado como la séptima encarnación del dios hindú Visnú. 

Telenovela Ramayana, Anand Sagan
       Los nexos de unión del Ramayana con la religión védica siguen siendo fuertes, de todos modos. Los brahmines son honrados en sus versos, y el sacrificio del caballo juega un papel esencial en la narración. Al igual que los Vedas y el Mahabharata, se cree que el Ramayana fue revelado por la divinidad: se supone que la historia llegó al que la compuso, Valmiki, mientras mediataba acerca del mantra 'Ram'. La vida de Valmiki asume proporciones míticas en la introducción del texto principal, en el que él juega un papel activo. La leyenda dice que él se retiró a la selva donde, durante mil años de meditación se mantuvo tan inmovil que su cuerpo quedó cubierto por un valmika (hormiguero), de donde proviene su nombre, que significa 'hijo del hormiguero'.

       A pesar de la naturaleza no religiosa del poema en su forma original, el esquema narrativo del Ramayana muestra claramente la influencia de los elementos védicos esenciales. En sus primeras páginas, por ejemplo, se suele relacionar a Rama con el glorioso dios védico del sol Indra y con la lucha contra el mal. 

Enfrentamiento de Rama y Ravana
       Como Indra, Rama es un guerrero ideal y --al revés que el confuso Arjuna del Mahabharata-- nunca duda en alzar su arco, y traza claramente las líneas de batalla entre el bien y el mal.  

       Las acciones de Rama en el poema épico Ramayana están gobernadas por el dharma, la ley irreflutable que es el fundamento de los órdenes social y cósmico. Aunque el Ramayana es una historia de gloria marcial, es también un tratado de preceptos morales y éticos, y proporciona una guía para el gobierno, la conducta y la relaciones humanas. 

       Rama es una figura idealizada, un rey, un guerrero y esposo perfectos. La épica maca su vida, empezando por su nacimiento como hijo mayor del buen rey Dasharata. Conquista a Sita --epítome de la pureza--  para que sea su esposa. Pero en la víspera de su subida al trono, éste 
se les niega y el padre de Rama les manda a un exilio de catorce años. 

Rama y Hanumán
       Típicamente, Rama actúa con honor: según la regla del dharma, obedece a su padre, que muere entonces de pena. Rama no vuelve hasta completar su exilio. Vaga por la selva con Sita, cumpliendo con los deberes de su casta   protegiendo a los ermitaños brahmines de los demonios del lugar. El demonio mayor, Ravana, secuestra a Sita y se la lleva a Lanka (Sri Lanka). La devoción de Rama le conduce a pasar muchos años en su búsqueda. 

       La narración culmina con el rescate de Sita, cuando Rama y su mono Hanuman aniquilan la capital del reino infernal. Los amantes se reúnen finalmente, pero Rama sigue poniendo el dharma por encima de sus intereses, y en un desenlace trágico, destierra a Sita. Aunque sabe que ella es pura, el dharma de un rey decreta que el tiempo pasado por ella en compañía de otro hombre le acarrea el deshonor. Sita pide a la tierra que se la trague, y Rama lamenta su pérdida hasta que también, finalmente, se ofrece a sí mismo al dios de la muerte (Waterstone, 2006).

       En la India, el Festival de Dasarah celebra la victoria de Rama sobre Ravana y su ejército de demonios. Durante nueve días de ayuno, el cuento épico de Rama y Sita se narra por todo el país, y se representa el Ramalila con música, danzas y elaborados trajes. Las celebraciones culminan con el rescate de Sita, y grandes efigies de Ravana, su hermano Kumbhakarna y su hijo Maghanada, desfilan por las calles, llenas de fuegos artificiales que estallan en colores cuando los enciende una efigie de Rama.


Mural del Ramayana tailandés
       Si deseas seguir indagando sobre este avatar de Vishnú y acerca de la obra épica Ramayana, te recomendamos que le des un vistazo al texto intitulado El mensaje perenne del Ramayana, un discurso interesante de Sai Baba sobre esta epopeya india a partir de los conceptos de los tres gunas del hinduismo: sattva, rajas y tamas: http://www.saibabalibros.com.ar/esp/htmdis/ss25_16.htm

       De igual manera, en el blog Historias de India, podrás conseguir más información. En particular, destacamos sus artículos sobre el Ramayana, el Mahabharata y los Maharajas. También resaltan sus ilustraciones, realizadas por Sanjay Patel: http://historiasdeindia.blogspot.com


       Si deseas conocer una escena del Ramayana de Indonesia, y cómo es su danza y su música gamelán, compartimos aquí el video de la escena del "venado dorado" de dicha epopeya: 



       Por otra parte, si deseas consultar un material más exhaustivo sobre el Ramayana y el Mahabharata, recomendamos tener en cuenta el número monográfico de la revista El Correo. Una ventana abierta al mundo (diciembre 1967, años XIX) bajo el título: El Ramayana y el Mahabharata: dos grandes epopeyas del Asia en formato PDF: http://unesdoc.unesco.org/images/0007/000783/078371so.pdf

       Puedes disfrutar de una versión india en dibujos animados del Ramayana con subtítulos en español, recurriendo al link http://ashtangavinyasayogavenezuela.wordpress.com/2012/08/15/el-ramayana-la-leyenda-del-principe-rama-en-comiquitas/, perteneciente al Ashtanga Vinyasa Yoga Venezuela. Es importante que le des clic al icono "cc" (captions), ubicado en la parte inferior derecha de la ventana del video para activar el subtitulado en español. 






Tomado de: Susana Ávila. (1999). Mitología de la India. Mítica y mística. Madrid: Miraguano; y Richard Waterstone. (2006). India. Desde el yoga al karma, todos los mitos y tradiciones espirituales de la India. Colonia: Taschen (Colección Evergreen).                   

Mitos hindúes: 6.º Avatar de Vishnú: PARASHURÂMA, el sacerdote-guerrero



       "El sexto avatar de Vishnú, situado en la segunda edad de la Tierra, el Treta Yuga, vino a insertarse en la velada guerra sobre la supremacía que mantuvieron los brahmanes y los kshatriyas. La tradición legendaria no podía sustraerse a la cuestión social que conducía a la pérdida de poder de la clase real y a la acumulación de privilegios por parte de los sacerdotes, por ello el propio Vishnú tomó la figura del sacerdote-guerrero Parashurâma.

La leyenda sobre su nacimiento, incluida en el Vishnu Purâna, ya apunta la confrontación futura. El sabio Rîchika contrajo matrimonio con una bella princesa y para favorecer el nacimiento de un hijo, Rîchika preparó un plato de arroz y cebada, mezclándolo con mantequilla y leche para que se lo tomara su esposa y, a petición de ella, consagró una mezcla similar para su madre, esperando que, con la participación de ésta en la ceremonia, pudiera dar a luz a un príncipe de marcial valentía. Rîchika dejó los dos platos a su esposa indicándole cuál era para ella y cuál para su madre y salió a realizar sus penitencias. Cuando llegó el momento de tomar la comida la madre dijo a la princesa: 

     - Hija mía, todas las madres desean que sus hijos posean cualidades excelentes y se sentirían mortificadas viéndoles sobrepasados por los méritos de su hermano. Dame la ración que te ha asignado tu marido y tú cómete la mía. El hijo que se supone me va a dar a mí esá destinado a ser el monarca de todo el mundo; mientras que el que te dará tu plato será un brahmán, exento de opulencia, valor y poder.

     La princesa consintió en la propuesta e intercambió las raciones. Pero al regresar Rîchika, dándose cuenta de lo ocurrido, montó en cólera y dijo a su esposa:

     -¡Mujer pecadora! ¿Qué has hecho? Veo el terrible aspecto de tu cuerpo. Has tomado la comida sagrada que preparé para tu madre; has obrado mal. En esa comida he infundido las propiedades del poder, fuerza y heroísmo; en la tuya las cualidades apropiadas para un brahmán: gentileza, conocimiento y resignación. A consecuencia de haber invertido los platos, tu hijo tendrá propensiones guerreras, usará armas, luchará y matará. El hijo de tu madre será sabio, pacífico y piadoso.

La princesa al oír estas palabras suplicó a su esposo que no se cumpliera la sentencia, pero aquello que se ha realizado no se puede deshacer y lo único que consiguió en su favor fue postergar la sentencia en la figura de su nieto en lugar de su hijo. Como consecuencia de ello, la princesa dio a luz a un hijo al que puso por nombre Jamadagni, joven sabio, prudente y piadoso, quien, en su debido momento, tomó por esposa a Renukâ. Esta matrimonio se retiró a vivir en un bosque, donde tuvieron cinco hijos, el último de los cuales fue Parashurâma. 


Renukâ fue una mujer ejemplar, estricta en el cumplimiento de sus deberes y cuyo grado de pureza le permitía recoger el agua del río sin necesidad de vasijas. Pero en una ocasión, cuando estaba ocupada en esta tarea, vio reflejarse en el agua el bello rostro del príncipe Chitraratha de Mrittikavati y por un momento le deseó. Manchada por este pensamiento regresó a su casa portando el agua en un cántaro. Al verla, su esposo comprendió que su corazón había dejado de ser puro y, llevado por la rabia, pidió a sus hijos que la mataran. Los cuatro mayores se sintieron incapaces de hacerlo y fueron malditos por su padre, pero Parashurâma tomó su hacha y la decapitó. La ira de Jamadagni se apaciguó y satisfecho con el comportamiento de su hijo le prometió cualquier deseo que tuviera. Parashurâma pidió devolver la vida a su madre, que no tuvieran efecto las maldiciones lanzadas contra sus hermanos y para él quiso larga vida y ser invicto en el combate. 


En una ocasión, durante la ausencia de Jamadagni, el poderoso monarca Karttavîrya atentó contra la morada del santo, robando el ternero de la vaca que utilizaba para las oblaciones sagradas y taló los árboles que daban sombra a su choza. Enterado Parashurâma de los desmanes cometidos, tomó su arcó, atacó a Karttavîrya y le venció en singular combate. Los hijos de Karttavîrya, furiosos, dieron muerte a Jamadagni, aprovechando la ausencia de su valiente hijo. Parashurâma juró odio eterno a los kshatriyas, tomó las armas y derramó la sangre de los hijos de Karttavîrya y, tras ellos, la de toda la casta kshatriya, hasta llenar los cinco extensos lagos de Sâmanta. En varias ocasiones tuvo que limpiar la tierra, ya que siempre quedaba oculto algún niño kshatriya que, con el tiempo, se convertiría en enemigo. Su trabajo terminó cuando no quedando sobre la faz de [la] tierra ningún varón kshatriya, sus viudas se vieron en la necesidad de unirse a brahmanes para tener descendencia.


La figura de Parashurâma fue el resultado de una controversia social y, por ello su comportamiento es ambiguo y su moral aparece muy mal definida. Frente a las heroicidades anteriores de Vishnú, en las que el Bien se impuso sobre el Mal, aquí es el afán de venganza el que motiva una acción, por lo demás, reprobable. Caso con Dharanî, que no es sino una encarnación de su compañera Lakshmî. Su biografía aparece salpicada de anécdotas que no optan ni siquiera al calificativo de leyendas, en las que intervienen otras divinidades, como haciéndole un hueco en su panteón. Se dice que, por concesión de Varuna, le prometieron todos aquellos campos que pudiese alcanzar con una flecha disparada por él, pero Yama encargó a una hormiga blanca roer la cuerda de su arco y así el territorio quedó reducido a la costa Malabar, en donde Parashurâma se retiró a hacer penitencia arrepentido de sus matanzas en la guerra.

Las hazañas de este personaje están relatadas en el Mahabharata, aunque también son mencionadas en algunos Purânas como el Bhagavata, el Padma o el Agni." 




Tomado de: Susana Ávila. (1999). Mitología de la India. Mítica y mística. Madrid: Miraguano.   

sábado, 26 de enero de 2013

Mitos hindúes: 5.º Avatar de Vishnú: VÂMANA, el enano



"Ya en el segundo período, Treta Yuga, Vishnú apareció bajo la figura de un enano y tomó el nombre de Vâmanâvatâra (vâmana = enano), recuperando un episodio antiquísimo, de la época védica, en el que manifestaba su poder recorriendo el mundo con tres pasos.

En esta ocasión le correspondió luchar contra el asura Mahâbali, nieto de Prahlâda que, sacando el orgullo y la prepotencia de su bisabuelo Hirayakashipu, celebraba sacrificios a orillas del río Narmada y mediante una austeridad ascética había conseguido innumerables poderes con los que se dedicaba a perjudicar a los dioses buenos y con el que llegó a destronar al propio Indra.

De esta manera su dominio abarcó los tres mundos y Vishnú tomando el aspecto de un enano se presentó ante él y le suplicó: 

     - Suspende ya la lucha, ¡oh, Mahâbali! Mucho es lo que has ganado y no les queda nada a los dioses, así pues concédeles el terreno que yo pueda abarcar con tres pasos.


Mahâbali observó las diminutas piernas de su interlocutor y aceptó divertido sus peticiones. Entonces Vishnú recobró su forma divina y con un paso recorrió la Tierra y con otro el Aire. En aquel momento el genio reconoció la divinidad de Vishnú; no obstante, éste no dio por finalizada su conquista hasta que un tercer paso recorrió el Cielo.

Vishnú, generoso en su magnífica divinidad, lejos de dejar a Mahâbali sin nada, le envió a gobernar un paraíso en los Pâtâlas, el mundo subterráneo, donde el genio construyó su morada. 




Este relato es muy antiguo, precediendo a otros himnos de los Vedas. Luego lo encontramos detallado en el Bhagavata Purâna y menciones aisladas en el Skanda Purâna y el Vishnu Purâna. Con esta historia el Vishnú del hinduismo conecta con el personaje védico que le dio origen. Aquel primitivo Vishnú estaba íntimamente asociado al culto solar, el culto del fuego y su simbolismo conduce a que esos tres pasos representen las tres formas ígneas del dios: la llama de la Tierra, el relámpago en el Aire y el sol en el Cielo. El Rig Veda dice: 

'3. Por tres veces este dios recorrió esta tierra de cien resplandores en virtud de su grandeza. / Que Vishnú presida, más fuerte que el fuerte, pues el nombre de este dios potente es temible. 4. Este Vishnú, ha recorrido esta tierra ayudando al hombre para su posesión. / Sus cantores son gentes de sentimientos inalterables; el dios que bien engendra les ha hecho una ancha residencia.' [RV VII, 100, 3-4]'












Tomado de: Susana Ávila. (1999). Mitología de la India. Mítica y mística. Madrid: Miraguano.